Se puede. Se pueden resumir 26 años de ilusión en sólo 10 canciones. Se puede. Se pueden concentrar 197 días de duro trabajo en 37’37” de notas y cosas. Se puede. Se puede arriesgar, plantarle cara al mercado y decirle que con algo así de bello entre las manos, mira, que hasta te da igual lo que piense, critique o quiera comprar. Se puede. Por una vez, ignorar lo que vende y lo que no vende, y apostar sólo por lo que nos hizo sentir. Se pudo y ahí está.
Se debe. Se debe esperar 10 años a que aparezca la ternura adecuada. Se debe. Se debe apostar por lo diferente, por muy arriesgado y público que se nos presente. Se debe. Agradecer a Operación Triunfo el triunfo de la operación. Proteger lo delicado, darle las alas del oficio, y la confianza del creyente que no tiene más que su fe. Se debe. Escuchar el disco honestidad en mano, limpio de historias gastadas, bien desnudo de todo prejuicio e idea preconcebida. Se debe hacer, así se hizo y –estoy convencido- así se hará.
Y ahora, por fin, se quiere. Se quiere quererla mucho y cuidarla bien. Se quiere aceptar toda responsabilidad. Adjudicar la positiva, y no eludir la que haga mal. Que lo que no guste es culpa mía, y lo que os encante será gracias a ella y al comando de alquimistas que su talento, y sólo su talento, supo reclutar.
Es toda vuestra, tan suya como siempre.
Orgulloso de presentárosla, de nuevo por primera vez.
Señoras y señores.
Con todos ustedes.
Virginia Maestro, digo, Labuat.